Aún queda mucho por hacer en el capítulo del medioambiente, aunque ya más de la mitad de ls familias del mundo estarían dispuestas a pagar algo más (un extra) por la energía renovable, si bien es cierto que no mucho.
Una encuesta realizada por la OCDE donde se preguntan a 10.000 personas, en 10 países sobre el comportamiento medioambiental de las familias, da como resultado que aún falta mucho para tener una conciencia general sobre el problema del medioambiente. "Sin un cambio en nuestro comportamiento es imposible conseguir asegurar la sostenibilidad del entorno", asegura el Secretario General de la OCDE Angel Gurría.
La encuesta analiza el comportamiento de las familias en función de los aspectos más acotidianos de nuestra vida como el uso del agua, el consumo de energía, la producción de basura y el reciclaje, el transporte personal y la alimentación orgánica. Además introduce las variables clave en cada uno de esos apartados para la implementación de políticas que redunden en una mayor eficiencia en su uso.
A todos nos preocupa el medioambiente, el problema es averiguar hasta cuanto nos preocupa, sin llegar a lo del homus econonomicus, y la irracionalidad que conlleva, parece lógico pensar que cuanto más cueste un servicio menor será su demanda, la primera ley del mercado, por lo que habría que conocer donde se encuentra el punto de equilibrio de nuestra decisión. La dificultad del problema radica en que cada país tiene el suyo que dependerá de muchas varibles: algunos preferirán talar bosques a no tener qué comer, otros en cambio con unos niveles de necesidad ya cubiertos prefieren las energías limpias a las tradicionales.
Pero es que el problema va más allá porque si me apuran cada individuo tiene el suyo.
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