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jueves, 10 de marzo de 2011

El carácter leonés

Ser leones imprime carácter, como el bautismo y es que no lo es cualquiera, ni puede serlo. Requiere una naturaleza propia y diferente al del resto de los españoles. No somos como los otros y tampoco como nosotros, cada uno es una individualidad, que constituye su propia naturaleza independiente y a la vez común al resto de los leoneses. Sin León no hubiera España, dice  la primera estrofa del himno de León y más que España, sería el carácter hispánico, como decía Sabater de la inmortal obra de Cervantes, "todo está ya en el Quijote", podríamos parafrasearle y exclamar "todo está ya en el leonés".

El carácter español no deja de ser el de un leonés venido a más, que ha salido del terruño, ha compartido otras experiencias y adquirido nuevas costumbres, pero que guarda sus hábitos, miedos y prejuicios muy dentro, allí donde las cadenas de ADN se retuercen en un baile infinito. Sí, todo está en el leonés. Lo bueno y lo malo; y repito, lo bueno, que lo tenemos.


El principal problema del leonés es que a diferencia de otros, no ha adquirido la pátina de barniz necesaria para apreciar todo el potencial que guarda como el arpa de Becquer, "esperando la mano del sabio que sepa tocarla". Provincia rica en todo tipo de recursos, cinegéticos, ganaderos, piscícolas, agrícolas, mineros,...hoy ve como cada uno por separado y todos en conjunto, languidecen próximos a la puntilla final.
Hace mucho tiempo, un importantísimo empresario de este país, referente mundial, nacido en Busdongo, nos comentaba a un grupo de personas, que le sorprendía el carácter leonés -debe haberlo, como las brujas, de tanto referirlo-, y en positivo, grandes trabajadores, personas muy responsables -seguramente algo de leonés debe de tener él también, a pesar de que apenas sí le nacieron en nuestra provincia, lo que demuestra que el carácter leonés se adquiere con el nacimiento -ahora comprendo más a Zapatero-, y concluía advirtiendo cual moderno Isaías a modo de predicción, que hará algo en esta provincia. Y vaya que si lo hizo.

El leonés paga por ser origen y cuna de España un precio muy alto, el propio al desajustar la realidad con el pasado, creando hidalguías donde debiera haber burguesías, y el ajeno en un desprecio impropio e injusto. Al igual que Alatriste, a mi no me engañan, el caballero de Toledo que principia este artículo era de León, de Arcahueja para ser más exactos.

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