El orgullo de la nación, la joya de la corona, la pica en Flandes, esa era la consideración que tenía Zapatero de nuestros bancos y nuestras cajas. Cuando todo alrededor se desmoronaba, cuando las instituciones financieras extranjeras se tambaleaban y caían en una sinfonía de quiebras y defaults, lasa nuestras emitían una luz propia, incólumes al caos que reinaba en su actividad. Pero como cualquier estrella del firmamento, la intensidad lumínica, lejos de confirmar su salud, indica su próxima extinción final, cuyo única manifestación en el futuro es un punto de una oscuridad absoluta ávido de devorar todo lo que se le aproxime.
Así nuestros bancos y cajas se mantuvieron hasta donde pudieron, hasta que por fin se ha descorrido la cortina dejando ver la desvergüenza que ocultaba, y fue entonces cuando se precipitaron fusiones de mayor o menor temperatura, antinaturales, impropias del mercado y desde luego ineficaces. El mundo era consciente de nuestra realidad y dudaron de las posibilidades de solvencia de nuestras instituciones y del sistema en general. Luego vinieron las prisas y más prisas aún, los rescates y las aportaciones a fondo perdido. Todo es bueno, nada puede saciar su voracidad y sus apetitos, nada escapa, son auténticos agujeros negros.
Mood`s rebaja nuestro rating, que no es más que una manifestación, más o menos profesional, recordemos los aciertos precedentes de este tipo de agencias, pero que viene a constatar que nuestro sistema financiero no es sólido, ya nos gustaría, que tiene un riesgo más alto que el de nuestros vecinos y que necesitan una cantidad de dinero ingente, no bastan los 10 mil millones iniciales, ahora se calcula que otros 15.000. Suerte que está Zapatero de socorrista, rostro bronceado y melena al viento; él sabe como emplear nuestros impuestos, aunque luego estos mismos bancos y cajas se olviden de los que realmente les sacan del pozo.
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