La población leonesa

Fuente: Observatorio Provincial del CEL.

Como decíamos ayer, la población leonesa no llega al medio millón de habitantes. No es mucho, desde luego, aunque casí es un 20% del total de la autonomía de Castilla y León que suma los 2,56 millones, donde sólo es superior el número de vallisoletanos que supera claramente el medio millón. Un poco menos de la mitad son mujeres el 51,1% similar a la media nacional, aunque en la capital llegan al 57%. Un dato sorprendente que da para una nueva entrada.  

La población ha ido recortándose año tras año, con ligeros repuntes. Desde el año 1960 cuando alcanzó el máximo de 584.594 hasta nuestros días León ha perdido 17.907 personas, más de 3,7 al día. Justo al contrario de lo que sucede a nivel nacional que ha ido creciendo año tras año hasta sobrepasar los 47 millones de habitantes, gracias sobre todo a

 l empuje experimentado en el contingente extranjero ya que desde el año 1996 se han incorporado de media 565.00 nuevos residentes, si bien es cierto que fruto de la crisis que vivimos el ritmo se ha recortado sustancialmente hasta los 359 mil.

 Es de suponer que la crisis y desde luego las menores posibilidades de colocación y desarrollo que ofrece la provincia y la propia comunidad hayan supuesto un grave handicap en cuanto a la incorporación de los emigrantes en estas regiones, eligiendo claramente otras con mayores espectativas.

Lo cierto es que los recursos humanos con los que cuenta la provincia no invitan al optimismo. Los saldos vegetativos son históricamente negativos, la natalidad media hasta el 2009 (INE), es de 3.302 nacimeintos, mientras que la media de defunciones es de 5.502, lo que supone un saldo medio negativo de 2.201 personas, ojo que al día es una pérdida de 6 habitantes. Si bien es cierto que la tendencia muestra una mejoría en los últimos años que eleva la tasa de natalidad al 6,6, muy lejos de todas formas de la tasa nacional (10,85). Vamos que no nacen suficientes niños. Y si por el otro lado, al haber muchos ancianos la tasa de mortalidad debería ser muy alta, mayor que la nacional. Esta es la principal razón de esa sangría que venimos experimentando en el número de habitantes, que no puede ser compensada de ninguna manera con los flujos migratorios exteriores, ni en su caso, cuando los hubiera interiores.

Sobre los flujos migratorios hay que destacar por un lado los de signo positivo, entradas de otras regiones nacionales o extranjeras y con signo negativo las salidas que se producen desde la provincia. Históricamente León es una provincia de emigrantes, en búsqueda de oportunidades en otros lugares, aunque año tras año, especialmente desde el 2006 las salidas han ido reduciendo su número, desde 2005 hasta los 277 del año 2009. La inmigración ha supuesto una entrada de aire fresco a las marchitas cifras de habitantes y ha permitido que anualmente luzca un saldo positivo en el flujo migratorio, en el 2006 de 3.477, en el 2007 de 4.055, en el 2008 de 2.840 y en el 2009 de 1.176.

Este flujo ha permitido a la población leonesa mantenerse en la barrera psicológica del medio millón de habitantes, aunque desgraciadamente la crisis está afectando gravemente la entrada de inmigrantes, que no puede compensar más tiempo el déficit vegetativo de la provincia.

Fruto del flujo emigrante la población extranjera no ha dejado de crecer, independientemente de tratase de un contingente muy dinámico en búsqueda de oportunidades de trabajo, en el año 2009 a pesar de un ligero recorte, llegaban a 25.054 con permiso de residencia.  La gran mayoría de la población extranjera procede de los países comunitarios (44,8%), seguido de la población iberoamericana (31,9%) y de la africana (16,7%). Por países, Portugal encabeza el ranking con 4.000 residentes, luego Marruecos con casí 3.300, colombianos (2.800), rumanos (2.600) y búlgaros (2.450), les siguen en importancia.