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jueves, 10 de marzo de 2011

Manda huevos

Que no aprende, este hombre es inamovible, contumaz persistente en su ignorancia, incolume ante las ofertas de conocimiento y los llamamientos de sapiencia. Hay que reconocer que es bravo como dirían allende los mares. Que sí, que esta vez creamos empleo, en tres meses, seguro, todo apunta a ello. Seguro, seguro. Pero, de dónde sacará este hombre (pobre quería haber puesto, pero los pobres somos los ciudadanos que hemos de soportarle), esos datos esa información. Como no se la diera el tío de la vara, no me lo explico.
Y erre que erre, mintiendo y volviendo a mentir. Si es que los cuentos de la infancia debían de encuadernarse todos juntos, en edición de lujo, con pastas duras, como piedras, para que puedan acompañarnos a lo largo de nuestra vida. Busca en el índice y encontrarás el cuento del pastor y del lobo, al final no le hicieron caso.
No se dará cuenta que con él pasa lo mismo, nadie le cree, ha perdido toda la credibilidad dentro y fuera, y eso a pesar de que no tiene ni idea de economía tiene un coste, para él en votos (es el único que le preocupa), pero para el resto en desempleo.


Si los agentes económicos (todos no sólo las empresas) no le creen no arriesgan, no consumen, ni invierten, esperan tiempos mejores, para cuando realmente vean los brotes verdes, no aquellos que guardaban en formol, prefieren ahorrar. Y el ahorro que en niveles aceptables es positivo, como sucede con cualquier otra sustancia benígna, en grandes dosis puede ser mortal o al menos dañina. La economía pierde frescura y se contrae, se produce menos y se necesita menos personal, luego se despide. Pero ojo estamos en un 20,4% de desempleo. La pregunta es hasta donde llegaremos y hasta dónde aguantará la sociedad. Es cierto que España lo aguanta todo, cuarenta años a Franco por ejemplo, pero puede ser que las revueltas del otro lado del Mediterraneo contaminen esta otra costa. Cuánto tenemos que agradecer a las familias en este país, refugio de naufragos del paro, y luego que digan que no hay milagros. Con una prensión de jubilación se cubre las necesdidades de una familia entera con sus vástagos y sus descendientes. Eso sí que es un milagro.

Pero volviendo al tema que nos ocupa y preocupa, la confianza tarda una vida en conseguirse y apenas un instante en perderse, y ese debe ser el objetivo de nuestros gobernantes, que la sociedad recupere cierto nivel de confinanza, y así como lo hace Zapatero, no se hace.

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