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jueves, 31 de marzo de 2011

A veces es mejor estar callado y no parecerlo...

Por fín, podemos decir que ha pasado la crisis, hoy al menos así aparece en prensa recogiendo las declaraciones del presidente de la delegación del Bierzo de una asociación de empresarios. Hemos tocado fondo, e incluso se está produciendo un repunte inmobiliario del 3%. Albricias para los bercianos y por ende para el resto de la provincia. Ahora viene cuando nos abrochamos los cinturones de seguridad para soportar el tremendo despege que se colige del resto de los sectores, porque si el más machacado levanta cabeza, qué decir entonces de otras actividades, vamos que esto va a ser un no parar. 

Me congraturla desayunar con buenas noticias, de verdad estoy esperando cada mañana leer que han solucionado lo de Fikushuma, que el dictador libio ha sido finalemnte derrocado, que triúnfa la democracia en todo el litoral africano y que los brotes verdes ha florecido y han dado sus frutos, de hecho llevo buscándoles -los brotes, de los frutos mejor no hablar- desde hace un año y medio, aconsejado por la Ministra de economía. Busqué y busqué, pero no encontré. Ni ahora los encuentro.


Realemente es muy dificil encontrar nada en la actualidad de hable de economía, de la economía real, la micro, la que afecta a nuestros bolsillos, porque los medios insisten en enmarañarse en grandes titulares que la inmediatez les produce su propia obsolescencia y que han de suplir con otros nuevos. Y ahora no toca hablar de economía, ni de parados, ni de crecimiento, ni de inflación (por cierto el 3,6 en marzo, en una economía depresiva -¿dónde están los sindicatos?-, como Armada, el general), y ahora velando armas, sedientos de sangre a la espera de unas elecciones, qué digo la madre de todas las elecciones.

Y viene este personaje y nos dice que ya está, que tranquilos, que lo peor ha pasado, hemos tocado fondo, cuando alguien debería decirle que no se preocupe que seguimos cavando. Me recuerda al viejo sabio de Calderón, "cuando el rostro volvió, hayó la respuesta viendo/que iba otro sabio cogiendo/las hojas que él arrojó". Vamos que en cristiano está equivocado, que hierra, que se confunde, que no coño, que no. La realidad no es así y encima es terca.

Y es que es fácil hablar de economía -hasta habla Zapatero con dos o tres días de clases particulares-, todo vale, dichosa pseudociencia. Un abogado estudia y estudia, cinco años, seis, siete, los que sean, total no hay prisa para trabajar porque no hay trabajo -así que mejor en casa-, y adquiere ciertos conocimientos (pocos), aunque los suficientes para un cierto respeto en el vulgo, lo mismo ocurre con medicina, historia o geografía, en realidad con todas menos con la economía, donde el más tonto hace relojes.

Desde luego si sé lo que hoy no hago esta carrera y por cierto a poco que se sepa, Sr. Morán, no hemos tocado fondo y no estamos recuperándonos, lo digo yo y la dirección general de empleo -que no sé si existe pero quedaba bien-, vamos las listas del paro. Si es por alegrar las mañanas y los desayunos con una buena noticia se lo agradezco, vivamente.

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