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viernes, 1 de julio de 2011

La historia de amor más grande jamás contada

Cuando a un alto ejecutivo de Coca Cola le preguntaban por Pepsi, se refería tanto la empresa como a su personal como los seguidores, nunca utilizaban el nombre comercial, ni siquiera les definían como competidores. Sólo eran seguidores, de un líder que se supone eran ellos. Pasó el tiempo y el seguidor se convirtió en líder, pero eso es otra historia. La de hoy es diferente y parte de las sabrosas declaraciones que el presidente, recién reelegido, de la FELE, está manifestando
en los medios de comunicación y que creo que deben al menos valorarse tan por encima como la ligereza de las mismas. Yo creo que para poder arrogarse cierta representación, nuestros representantes en general deberían pensar y reflexionar un poco más sobre lo que dicen, porque lo que dicen puede hacerse extensible al resto, con lo que pueda suponer de positivo o negativo pare ese colectivo.
Escribía Punset en uno de sus libros, que el neocortex es la parte del cerebro que más tarde se desarrolla, donde el número de conexiones neuronales es mayor y por consiguiente por donde más despacio se transmiten los impulsos nerviosos, lo que suponía un mayor tiempo de reacción y consiguientemente la posibilidad mayor de valorar las decisiones. Es la cúspide del desarrollo cerebral, propia de los humanos; y no de todos. Los políticos -quizá porque de pequeños se golpeaban sistemáticamente en la cabeza conscientes de lo que el destino les tenía preparado y conscientes también que la capacidad de reflexión era más bien una debilidad en el darwiniano mundo donde les tocaría actuar- prefieren utilizar otras partes del cerebro, menos desarrolladas pero más fiables al menos para la supervivencia de su especie.
El señor Cepedano insiste, quizá porque dispone de mucho tiempo libre, lo cual es un lujo, con la que está cayendo, de hablar una y otra vez sobre nuestra asociación, el CEL, y manifiesta una y otra vez unos deseos inconfesables, propios de una historia de alcoba. ¿Qué hará que una asociación, por otra parte pequeña, despierte en el presidente esas bajas pasiones? Seguramente que esta asociación tiene lo que a aquella le falta: es ágil, dinámica y flexible, se preocupa por sus asociados,  está con ellos. No tiene grandes recursos, se nutre de las cuotas de los asociados -¡oh sorpresa para muchos!- pero lo suple con el compromiso y la colaboración de todos ellos, le sobra imaginación y eso es futuro. ¿Y qué quiere Cepedano? Futuro.
El CEL no tienen costumbre de hablar de otros, sino es para trabajar, no entendemos de politiqueos de alcoba, entendemos de empresas, empresarios y de trabajadores. Eso es lo que hemos hecho en estos 12 años desde nuestra fundación y lo que seguiremos haciendo otros 12 años más. Habla en una reciente entrevista de nuevos proyectos y enumera unos cuantos: que si TICs, que si agroalimentación, que si mayor conexión con la Universidad o las instituciones, que si apoyo al emprendedor,.. Todas están muy bien, de hecho están tan bien que ya las está llevando a cabo el CEL, y otras muchas más como el fomento a la exportación, orientación profesional, inversión empresarial,… Lo que sorprende no es que copien, que es bueno, al fin y al cabo Dios nos dio dos ojos para ello, sino que con toda la representación oficial que ostentan, comisiones, comités, grupos de trabajo, consejos,… apenas sí se les oye y cuando lo hacen no es para reivindicar precisamente.
A propósito, el CEL dispone de formularios de alta a la disposición de cualquiera, basta rellenar uno de ellos y formará parte de este colectivo que por lo que se ve está haciendo las cosas muy, pero que muy bien.

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