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lunes, 30 de enero de 2012

UN ABANDONO INJUSTIFICADO



La decisión del consejero de Economía y Empleo de la Junta de Castilla y León de retirar la seguridad del Parque Tecnológico de León, conservando la de Boecillo y sin aportar razones de peso para tal medida indigna a los empresarios leoneses. Es una sensación de frustración y abandono la que anida en el común de los empresarios leoneses que esperan que el responsable de esta decisión, Tomás Villanueva, explique las importantes razones que le han empujado para privar al parque de León de este servicio.

Nos preguntamos si no se podría haber evitado esta drástica medida que supone al año tan sólo 20.000 euros. Seguro que hay gastos más importantes en la administración que ahorrar en los servicios de un Parque Tecnológico que está impulsándose. No se puede animar a las empresas a hacer inversiones millonarias en entornos creados para favorecer la implantación, expansión e instalación de todo tipo de actividades económicas, como son los parques empresariales, y luego, que los que han animado y prometido una serie de ventajas no cumplan.
Las empresas han demostrado ser el sector económico fundamental y la mejor garantía de crecimiento económico, equilibrado, sostenido y sostenible, que permite generar y dar estabilidad y continuidad a los empleos y que realiza un gran esfuerzo de inversión.

Conseguir un sector empresarial sólido, fuerte, diversificado y competitivo pasa porque nuestras empresas continúen con su pujanza como motor económico, pero lejos de esto, se las deja de apoyar hasta en lo más simple, crear entornos empresariales adecuados para el desarrollo de las actividades.

Necesitamos una política industrial activa, coordinada, sustentada en un diálogo social entre los interlocutores sociales, y entre éstos y las administraciones, que permita ganar en competitividad, y asentada sobre la base de una economía realmente productiva, innovadora y capaz de exportar productos y servicios a todo el mundo. Si esa política no existe o se miente, lo mejor para la empresa es la deslocalización a entornos más favorables, o el cierre.
Si pretendemos mantener lo que tenemos y potenciar el nacimiento de nuevos emprendedores, esto exige crear un marco favorable para mejorar la competitividad y unos objetivos para que esta región sea un lugar atractivo para la inversión industrial y la creación de empleo. Y ese es el papel que debe desempeñar la política industrial a través del apoyo a la innovación y al conocimiento, el impulso de la inversión en infraestructuras, el compromiso con el desarrollo sostenible y el aseguramiento de energía a precios competitivos.
Las empresas necesitan entornos normativos sencillos, una legislación que favorezca la innovación y la competitividad y que no suponga un obstáculo a la inversión. Necesitan acceder a la financiación en condiciones razonables y acabar con la alta morosidad, especialmente de las administraciones públicas que está paralizando la capacidad productiva de algunos sectores y comprometiendo, incluso, la viabilidad y la supervivencia de muchas empresas.

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